Silencio
“El ruido en torno a la presidencia de Donald Trump me invita a sumergirme en la Fuente, como un niño que escapa del ruido de la superficie hundiéndose en una piscina. Allí espero descubrir una fuente oculta que libere oraciones por el hombre. Nada más lo hará. Sólo el Dios que nos busca en la debilidad, en el silencio, puede ayudarnos ahora.

Yo volví a casa para escuchar a Madonna hablar en el Centro Comercial DC sobre sus planes de volar la Casa Blanca (ella decidió ir contra ésta), mientras que Ashley Judd acuñó su protesta “Chica Sucia” para protestar contra el despreciable Trump. Otra mujer fatal se lamentaba de no tener ametralladoras en su vagina para apuntar directamente a Trump. Hmmmm. Más inquietante fue darme cuenta que amigos cristianos cercanos marcharon en versiones más pequeñas de “Mujeres contra Trump” sólo para descubrir que ellos estaban abogando inconscientemente por los derechos de los transgénero y el aborto. ¿Desde cuándo la imagen grosera de un hombre justifica la “libertad” de una mujer para aniquilar su derecho de nacimiento o el niño en su vientre? Silencio. Oren por el hombre.
Al igual que tú, yo me estremezco ante el sentido de autofelicitarse de Trump, la forma cómo él aparentemente permanece despierto toda la noche para responder en Twitter a las piedras que le tiran durante el día. Yo oro para que los demás le ayuden a perderse el tiempo suficiente para que descubra qué protege mejor la dignidad de todas las personas. Su tarea es aplastante. Yo amo este país y honro la oficina de la presidencia así que abogaré de rodillas deseando lo mejor para Trump.
Me siento impotente en la superficie del agua. Fox y CNN me confunden. Silencio. Me sumergiré en la Fuente y oraré.